NUESTRA REALIDAD

(2da Parte) Enfrentando nuestra realidad

1 Cor. 7:22 (NVI) dice  “Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo.”

Hemos dicho que Dios llama a la salvación a las personas en una variedad de situaciones ó circunstancias vivenciales, Algunos como jóvenes, otros ya ancianos; algunos solteros, otros casados, otros divorciados; algunos ricos, otros pobres; etc.

En este orden de ideas quiero compartir con ustedes la enseñanza de Pablo en en la primera carta a los de Corinto 7:17 y 24 y es que debemos aceptar la realidad en la cual nos encontramos como hijos de Dios
Dos preguntas inmediatamente surgen en nuestras mentes la primera que ya tratamos en la entrega anterior..: ¿Por qué debemos aceptar nuestra realidad?. La segunda pregunta es tan resaltante como la primera..: ¿Cómo enfrentamos nuestra Realidad? que trataremos en esta oportunidad.
Es importante hacer esta pregunta, porque no es fácil aceptar nuestra realidad.  ¿Cómo lo hacemos?   Pablo nos ayuda….
Aceptando que nuestra realidad es la voluntad de Dios para nuestras vidas así leemos en “1 Cor. 7:17, 20 17 En cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición que el Señor le asignó y a la cual Dios lo ha llamado. Esta es la norma que establezco en todas las iglesias.  20 Que cada uno permanezca en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.” Para algunos, es muy difícil aceptar esa verdad, pero es muy importante que lo hagamos. 
Pablo presenta la salvación como una ‘redención’ – Dios nos ‘compra’ (nos ‘redime’).  Pablo menciona ello en el versículo 23 “Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie.”   Debemos aprender que si Dios nos compró en la situación en la cual nos hallamos, debe ser porque Él tuvo un propósito en salvarnos en esa situación.
Lo importante en la vida cristiana no es tanto cambiar nuestra realidad, sino aprender a guardar los mandamientos de Dios dentro de la realidad en la que vivimos.   En el caso de una persona incircuncisa, esa realidad no es lo importante, sino el obedecer a la Palabra de Dios, así lo enseña el versículo 19 “Para nada cuenta estar o no estar circuncidado; lo que importa es cumplir los mandatos de Dios.”
Quien no quisiera vivir dentro de un hogar estable, con mamá y papá, etc.  Pero eso no es lo importante.  Lo importante es si obedecemos a Dios o no. Vivir con un esposo malcriado, lo importante no debe ser cambiar de esposo, o aun cambiar el modo de pensar del esposo, sino aprender a obedecer a Dios mientras esté casado con una pareja incrédula.
Otra tentación para algunos es pasar toda su vida quejándose por la realidad que le tocó vivir.  Eso no es de provecho espiritual.  ¡Sólo amarga nuestra alma! “versículo 21-a ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes”.
Debemos aprender a dar gracias a Dios por nuestra salvación, y no pasar todo el tiempo lamentando nuestra realidad, y queriendo cambiar nuestra realidad.
Entendiendo que lo que realmente importa no es nuestra realidad física o material, sino nuestra realidad espiritual - la de estar ‘en Cristo’  el versículo  22 dice  “Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo.”
Esa es la lección principal de este pasaje.  En Corinto, los creyentes estaban cayendo en la trampa de pensar como el ‘mundo’ piensa, y estaban dejando de lado la manera que Dios piensa. Es un grave peligro también para la Iglesia contemporánea.
Enfrentar y aceptar nuestra realidad no significa ser conformista “versículo 21b aunque, si tienes la oportunidad de conseguir tu libertad, aprovéchala”. La forma de superar nuestra realidad, es primero aceptándola; luego cambiándola, bajo la dirección de Dios.


Carlos y Marilú de Rondón
Ministerio Radial “Por La Ruta del Evangelio”

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