NUESTRA REALIDAD


(1era Parte) Aceptar nuestra realidad



"Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.", 1 Cor. 7:24 (NVI)



Dios salva a las personas en una variedad de situaciones ó circunstancias vivenciales. 

Algunos como jóvenes, otros ya ancianos; algunos solteros, otros casados, otros divorciados; algunos ricos, otros pobres; etc.
En este orden de ideas quiero compartir con ustedes lo reseñado en la primera carta del apóstol Pablo a los de Corinto 7:17 y 24 de la Nueva Versión Internacional (NVI) que dice:

“17 En cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición que el Señor le asignó y a la cual Dios lo ha llamado. Esta es la norma que establezco en todas las iglesias
24 Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.”

La enseñanza de Pablo en este pasaje es que debemos aceptar la realidad en la cual nos encontramos como hijos de Dios
Dos preguntas inmediatamente surgen en nuestras mentes y la primera que trataremos en esta oportunidad es..: ¿Por qué debemos aceptar nuestra realidad? y la respuesta nos la ofrece nuestro Dios.
Porque muchas veces no lo puedes cambiar. Algunos en Corinto se convirtieron siendo circuncidados así leemos en “1 Cor. 7:18a   ¿Fue llamado alguno estando ya circuncidado? Que no disimule su condición.” Ellos no podían cambiar eso.  Quedarían circuncidados toda su vida.  Otros se convirtieron siendo casados como leemos en el versículo 27a “¿Estás casado? No procures divorciarte”.  Tampoco podían cambiar esa realidad.
Es igual en nuestros tiempos: Convertida, siendo una mujer abandonada por su esposo.
Convertida, como una madre soltera, con hijos que cuidar.
Convertido, como un hijo de padres separados o divorciados.
Convertido como una mujer, que fue abusada verbal, física o sexualmente.
Cada una de esas situaciones conllevan una serie de dificultades, sufrimiento, y luchas espirituales.  ¡Tenemos que enfrentar esa realidad!
Aún, si pudiéramos cambiar nuestra realidad, muchas veces Dios no quiere que lo hagamos.  Algunos en Corinto se convirtieron siendo gentiles; eran incircuncisos “1 Cor. 7:18b ¿Fue llamado alguno sin estar circuncidado? Que no se circuncide.”  Ciertos falsos maestros decían que dichos creyentes tenían que circuncidarse; Pablo dice que no.  Había razones teológicas que indicaban que no era necesario ni bueno que un gentil se circuncide.  En otros casos, personas eran convertidas, soltero 27b  ¿Estás soltero? No busques esposa)...”  Podían casarse, pero Pablo les aconseja que no lo hagan.  En el mejor de los casos, que piensen seriamente antes de cambiar su realidad.
Es igual en nuestros tiempos: Si Dios te llama a la salvación, y estás estudiando una carrera universitaria, debes aceptar esa realidad.
Si Dios te llama a la salvación, y estás casado con una persona no creyente, Dios quiere que aceptes esa realidad.
¿Por qué debe aceptar esa realidad, y no tratar de cambiarlo?  Simplemente, porque es una realidad que Dios permitió en Su divina Providencia.  Pablo alude a ello en el versículo 17a, “En cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición que el Señor le asignó y a la cual Dios lo ha llamado.…”
Dios ‘asigna’ las diferentes circunstancias en las que nos hallamos cuando nos convertimos.  Lo primero que debemos hacer es reconocer esa condición, y aceptar esa realidad, sin reclamar ni renegar.
Dios quiere que le sirvamos dentro de nuestra realidad “versículo 24 Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.”  Si Él nos salvó dentro de una realidad en particular, es porque Él quiere que le sirvamos dentro de esa realidad.  ¡Eso es muy importante reconocer y aceptar!
En el tiempo de Pablo, algunos se convirtieron siendo esclavos “versículo 21 ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes, aunque si tienes la oportunidad de conseguir tu libertad, aprovéchala”.
Si más adelante Dios quiere ayudarnos a cambiar nuestra situación vivencial, Él lo indicará; pero nuestro punto de partida siempre debe ser la de aceptar nuestra realidad, y procurar servir a Dios dentro de la realidad en la cual nos hallamos.


Continua en la próxima entrega. Dios les bendiga siempre.


Carlos y Marilú de Rondón
Ministerio Radial “Por La Ruta del Evangelio”


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